lunes, 31 de enero de 2022

FERNANDO III: HÉROE, REY Y SANTO

 Figura crucial de la historia medieval española, rey conquistador y fiel devoto de

Dios y de la Virgen. Nacido en 1199, criado por su madre doña Berenguela, fue coronado rey de Castilla en 1217 y en 1230 de León, asegurando la unificación de ambos reinos. Su abundante historia militar comienza en 1224 con la toma de Quesada y, más tarde, en 1227 con la de Baeza. 

Todas sus conquistas se relacionan con hechos de carácter religioso. 258 José Gámez Martín El rey entró en Andalucía en 1227, en 1236 se le entrega Córdoba, en 1243 Murcia y en 1246 se firma un tratado con el rey de Granada por el que éste pasa ser vasallo del castellano. Reconquistada Sevilla el 23 de Noviembre de 1248, obtuvo de la Santa Sede que se restableciera el arzobispado hispalense, al que dotó de forma espléndida con sus propios bienes personales. Disfrutó durante toda su vida de justa fama de santidad y, según las crónicas de su contemporáneo Lucas de Tuy… “sin ensoberbecerse nunca, fue justamente severo al castigar a los culpables; y en medio de esta justa severidad, fue magnánimo y clemente con los enemigos derrotados.

 En su ánimo real nunca estuvo como móvil la avaricia, y se vio que tenía el don de la sabiduría así como el don de la fortaleza y de la clemencia. A todas las iglesias las respetó de tal forma todos sus derechos que no hubo quien se atreviera a molestarlas en lo más mínimo”. Desde su religiosa muerte el 30 de mayo de 1252 su cuerpo, sepultado en la Capilla Real, fue venerado por el pueblo, concediendo indulgencias a quienes lo visitaran los Papas Inocencio IV en 1252 y Alejandro IV en 1254 y 1255, consiguiéndose incluso de Sixto V en 1590 que se le cantase y rezase de forma pública “por la excelencia de vida y virtudes, alcanzó y mereció el renombre de Santo”. 

A inicios del siglo XVII, el cabildo sevillano, impulsado por particulares, empieza a proponer su proceso de canonización, que contó con el apoyo de la monarquía, deseosa de ver alcanzar la gloria de los altares a uno de sus componentes, máxime por cuestiones políticas de rivalidad al contar ya la monarquía gala con la santificada figura de Luis IX. El pontífice Clemente X beatifica a Fernando III el 4 de febrero de 1671, concediéndole fiesta el día 30 de mayo y rezo con rito doble. La decisión del Papa sumió a la ciudad en prolongadas fiestas y fastuosas ceremonias de carácter litúrgico, celebradas casi al unísono por todo el territorio español. En 1672 su nombre fue incluido en el martirologio romano con fecha 30 de mayo, en 1675 se aprobaron la oración y lecciones 259 Los caminos para Dios: Fernando III. 

La santidad en la Corona de España propias del segundo nocturno del oficio del Santo, en 1676 Clemente X concedía poder celebrar misa votiva de San Fernando, e Inocencio XIII en 1720 que su fiesta fuera de rito doble; en 1749, con Benedicto XII, pasó a ser de primera clase y octava. El oficio propio de San Fernando fue aprobado en 1819 por Pío VII, celebrándose por vez primera al año siguiente en Sevilla.

domingo, 30 de enero de 2022

San Fernando y la Virgen de Valme.


La historia comienza con una antigua tradición en 1248 cuando el rey Fernando III
«El Santo» conquista Sevilla, viendo el Santo Rey la dificultad de tomar la capital hispalense y el abatimiento de sus tropas invocó, en el Cerro de Cuartos, a una imagen de la Virgen que llevaba consigo: «¡Váleme, Señora, que si te dignas hacerlo, en este lugar te labraré una capilla, en la que a tus pies depositaré como ofrenda, el pendón que a los enemigos de España y de nuestra Santa Fe conquiste!».

Tras conquistar Sevilla, el monarca cumplió su promesa y construyó una ermita en el lugar mencionado. Allí entronizó la imagen a la que había invocado y a sus pies el pendón arrebatado a los musulmanes. Poco a poco, aquél lugar situado en el Cerro de Cuartos se convirtió en un lugar de peregrinaje, muchas personas acudían a rezarle a aquella imagen que invocó.

Los primeros datos de la existencia de una hermandad son de 1628 establecida en dicha capilla. La festividad se celebraba el segundo día de Pascua de Pentecostés y acudían vecinos de diferentes puntos de la provincia. Pero fue en Dos Hermanas donde esta devoción creció, «Santa María de Valme» se llevaba en procesión de rogativas hasta la iglesia en caso de catástrofe o necesidad para implorar el auxilio. El Cortijo de Cuartos está situado hoy día en Bellavista, pero por entonces esos terrenos pertenecían a Dos Hermanas.

El siglo XIX fue el más decisivo en la historia de la Virgen de Valme. Su llegada a Dos Hermanas en 1800 provocó el abandono de la antigua Ermita de Cuartos y el crecimiento de su devoción en el pueblo nazareno. Ya no tenía que acudir hasta los actuales terrenos de Bellavista para venerar a la actual «Protectora de los nazarenos». Una epidemia de fiebre amarilla fue el causante de este traslado hasta Dos Hermanas.

viernes, 28 de enero de 2022

Historia de San Julián el Tranquilo. Patrón de Cuenca y su Diócesis.



San Julián es el santo patrono de la ciudad de Cuenca cada año en la fecha del 28 de Enero tiene lugar su celebración, donde los jovenes invaden con sus mochilas repletas de bocatas de tortilla, merenderas imposibles de terminar, bebidas ect... las hoces de los ríos Jucar y Huecar.
 
Dicho patrono nacido en Burgos el año 1.128, se dice que en su bautizo unos ángeles bajaron de las alturas y una voz dictó el nombre que iba a recibir: Julián. De joven estudió en Burgos y Palencia y más tarde fue ordenado sacerdote, con lo que pasó a predicar por toda España.

San Julian a la edad de 68 años es nombrado Obispo de Cuenca, realiza una mas que importante función misionera que le llevaría a recorrer esta provincia ayudando a los más pobres, miserables, impedidos y necesitados durante infatigables años. Además tenía por costumbre retirarse a una cueva del Cerro de la Majestad, muy cerca de la capital. Dicha cueva era llamada por el Santo como "el lugar de mi tranquilo día", lo que derivó en el actual nombre de Cueva de San Julián el Tranquilo.

Tanto por razones religiosas como turísticas, cientos de visitantes llegan hasta la ermita e iglesia consagradas al santo para conocer, tomar fotografías o simplemente rezar. Pasear por la zona es un verdadero placer, pues durante la travesía (partiendo desde el casco urbano se deben recorrer unos 6 kilómetros a pie para arribar a la ermita) es posible observar la zona antigua de Cuenca y la naturaleza que rodea al río Júcar.

En un momento dado de la ruta, un cartel anuncia el ingreso próximo a la famosa ermita de San Julián el Tranquilo. Cuenta la historia que el sacerdote acostumbraba alejarse para rezar a una gruta en el Cerro de la Majestad, sobre la cual afirmaba que era el lugar de su tranquilo día. Con un hilillo de agua que corría desde la cueva, el futuro santo sumergía varas de mimbre para hacer cestas que después regalaba a los pobres. Los domingos es posible asistir a misa en la ermita, en horario de mañana.

Referencia en el martirologio romano: En la ciudad de Cuenca, en Castilla la Nueva, en España, san Julián, obispo. Fue el segundo obispo de esta ciudad, una vez recuperada de manos de los musulmanes, y, egregio por su modo de vivir, se distinguió por repartir entre los pobres los bienes de la Iglesia, trabajando con sus manos para obtener el sustento diario

miércoles, 26 de enero de 2022

La Reconquista de Baeza por Alfonso VIII.

Mientras que el califa almohade iniciaba el 22 de junio de 1212 el movimiento
desde Sevilla hacia Jaén, los cristianos empezaron sus ofensivas contra al-Andalus, ocupando varias fortalezas24, aunque sufriendo el contratiempo del abandono de los cruzados ultramontanos. En Jaén Al-Nāsir tuvo noticias de la situación, por lo que decidió continuar más adelante, hacia Baeza, ordenando que se ocuparan los pasos más importantes de la Sierra, mientras que él establecía su campamento en Santa Elena. Por su parte, los cristianos penetraron por la Sierra, con el riesgo de ser atacados por alguno de los contingentes almohades que vigilaban la zona. En este contexto se produjo la milagrosa intervención de un pastor que guió a las tropas cristianas por un camino que había escapado de la vigilancia de los almohades, el Puerto del Rey, a través del cual pudieron llegar a las Navas de Tolosa25.

La famosa batalla se produjo el 16 de julio de 1212, en la que los cristianos consiguieron una clamorosa victoria, a consecuencia de la cual los restos de las tropas almohades se dispersaron en todas direcciones, perseguidos por los combatientes cristianos. Al-Nāsir se salvó del desastre huyendo a Baeza, donde, aunque los vecinos le pedían consejo para actuar, sólo se detuvo para cambiar de montura, llegando esa misma tarde a Jaén26.

De allí se dirigió a Sevilla con destino a Marraquech, donde falleció a finales del siguiente año. Los días siguientes a la batalla los cristianos se apoderaron de Vilches, Baños de la Encina, Tolosa y Ferral. Los de Baeza, al conocer el desastre, y temiendo la llegada de los cristianos, evacuaron la ciudad, refugiándose en Úbeda. Aquéllos que no pudieron huir, principalmente los viejos y enfermos, se refugiaron en la mezquita aljama, donde perecieron abrasados cuando los cristianos entraron en la ciudad, robando y destruyendo todo lo que pudieron. Posteriormente asaltaron y saquearon la vecina Úbeda, siendo asesinados o reducidos al cautiverio sus habitantes.

No sabemos si por las desavenenciasm que se produjeron entre las tropas por el reparto del inmenso botín, como sugiere al-Himyarī27, o por una epidemia que se declaró en el campamento de los cristianos, como indica la Primera Crónica General28, éstos no retuvieron Baeza y Úbeda, regresando a Castilla. Esta circunstancia permitió que los almohades recuperaran estas dos ciudades para atacar a continuación el resto de las fortalezas que los castellanos habían conquistado, aunque recuperaron tan sólo Baños. Al año siguiente, Alfonso VIII continuó con sus campañas, conquistando Alcaraz después de un largo asedio. Posteriormente, y aunque se acercaba elmal tiempo, el monarca castellano puso cerco a Baeza. Sin embargo la resistencia de los baezanos, y el duro invierno y el hambre que asolaba a los sitiadores, le obligaron a desistir, y después de firmar unas treguas con los almohades,en el mes de febrero de 1214 regresaba a Castilla29, donde moriría poco después, dejando una complicada situación en el reino que impedía continuarcon su política ofensiva frente al Islam30.

lunes, 24 de enero de 2022

Iconografía Clásica de San Fernando. Murillo.

«La aportación de Murillo resulta decisiva en la iconografía de San Fernando, ya que
existían pocos precedentes; además, no podemos olvidar que el 3 de abril de 1671 el Cabildo permite a Murillo y al escultor Pedro Roldán que vean el rostro del Santo, con objeto de que hicieran sendos retratos».

«El Santo Rey se recorta sobre un fondo oscuro y aparece representado de medio cuerpo a tamaño natural, como un hombre maduro en actitud contemplativa. La obra muestra una composición triangular, que confiere a la imagen un sentido ascendente, que queda reforzado por la mirada dirigida al cielo del Santo y por la espada», continúa explicando el Delegado Diocesano de Patrimonio Cultural.

Murillo pintó al rey Fernando no como un monarca medieval, sino con atuendo de los Austrias del siglo XVII. Lleva una armadura y manto real con armiño. En su mano derecha sostiene la espada, la conocida «Lobera», que también custodia la Catedral de Sevilla, y en su mano izquierda sostiene un orbe, como símbolo del poder terrenal, que es de color azul para referir a la santidad, y en su cabeza la corona real, además de la aureola, que habla también de la santidad.

domingo, 23 de enero de 2022

San Fernando y la Virgen del Alcázar de Baeza.

A principios del siglo IV, los cristianos dedican el antiguo templo romano de la
ciudad a La Virgen María. Eligen la advocación de la Natividad, por estar La Virgen con el niño en brazos. Tras la dominación musulmana, los cristianos temen por la imagen y la sepultan bajo tierra. Para protegerla la cubren con la campana del templo, llamada la Beltrana, hoy de La Virgen.

Cuando Fernando III el Santo conquista Baeza, el 30 de Noviembre de 1.227, se desentierra la Imagen. Después de setenta años, se devuelve a su Iglesia junto con la campana que también se coloca en su torre.

Durante el siglo XVIII, la zona del Alcázar sufre una gran despoblación. Esto, unido al estado ruinoso del templo hace que a mediados de ese siglo se traslade la Imagen junto con otras pertenencias, incluida la campana, a la parroquia de San Andrés.

Durante todos estos años, los baezanos rezan a su Virgen organizando cultos, rogativas o acciones de gracias. Pero es en 1.855 cuando se establece la costumbre de celebrar una fiesta anual en su honor el día 15 de Agosto.

La Imagen de La Virgen es de estilo Gótico, de talla completa y con el Niño en brazos. Aunque ha sido restaurada en diversas ocasiones, podemos apreciar los detalles originales de la época en que se talló.

viernes, 21 de enero de 2022

Iconografía Clásica de San Fernando. Murillo



Murillo pintó al rey Fernando III el Santo en varias ocasiones. De todas las versiones que hizo, ésta es la de tamaño más reducido, si bien es la única en la que el santo se representa de cuerpo entero. Está en oración, reconcentrado en sí mismo, arrodillado sobre un cojín de terciopelo carmesí, ante un reclinatorio en el que se disponen la corona y el cetro que indican su condición regia. Su iconografía es la habitual, fijada con anterioridad a su subida a los altares en 1672: de mediana edad, con el cabello largo sobre los hombros, vestido con gregüescos, media armadura y manto real de armiño. Unos bellos angelitos, característicos del artista sevillano, descorren un escenográfico cortinaje para mostrar la figura del rey, que aún no lleva el halo de santidad, lo cual podría indicar una fecha inmediatamente anterior a su canonización

miércoles, 19 de enero de 2022

La leyenda de San Fernando y la Virgen de los Reyes

Poco antes de conquistar Sevilla, el rey Fernando III el Santo estaba rezando en el campamento de Tablada, se adormeció y tuvo una visión de la Virgen con el Niño en brazos que le decía:
– Yo te prometo que conquistarás Sevilla.

Al despertar le contó la visión a su capellán, el obispo Don Remondo. Al poco tiempo se cumplió lo prometido por la Virgen y el rey, en sus continuas oraciones, se acordaba de aquella imagen que vio mientras dormía. Para no olvidarla, pidió a los escultores que la esculpieran, pero ninguno supo reproducirla exactamente

Hubo un día que tres jóvenes vestidos de peregrino llegaron al Alcázar provenientes de Alemania. Eran escultores en su ruta de perfeccionamiento y, tras recorrer el país germano y Francia, llegaban a estas tierras para mostrar su arte y aprender de las obras que aquí se hacían.

El rey Fernando les ofreció lo que quisieran y ellos contestaron que simplemente querían hacerle un regalo por su gran acogida. Le quisieron regalar la talla de una Virgen para alguna de sus capillas. El rey aceptó y les ofreció cuantos materiales necesitaran, pero ellos dijeron que no necesitaban nada, solamente un salón donde pudieran trabajar sin ser vistos y sin que nadie los molestara.

Cuando los tres jóvenes estaban a su labor, una criada se asomó a ver cómo trabajaban y se asombró al contemplar que ninguno tallaba, sino que se encontraban cantando plegarias en medio de un gran resplandor. Corriendo fue a contárselo al Rey.

San Fernando fue a comprobarlo por sí mismo, pero cuando se acercó vio sobre la mesa que se les había prestado para trabajar, la talla de la Virgen que en sueños había visto día antes. Los jóvenes escultores habían desaparecido, allí no estaban y no había otra puerta por donde pudieran haber salido. Se dio cuenta el Rey en aquel momento que esos tres chicos eran ángeles y que le habían dejado allí la Virgen como regalo divino. Los centinelas confirmaron que nadie había salido del Alcázar y los escultores sevillanos certificaron que era imposible haber tallado aquella imagen en tan poco tiempo.

Así también lo declaró el obispo Don Remondo y, considerándolo un milagro, ordenó que se colocara la imagen en la Capilla del Alcázar con el nombre de Nuestra Señora de los Reyes.

En agradecimiento a Dios, el rey mandó construir sobre la mezquita de Sevilla el mayor templo católico de la Cristiandad. En su testamento dejó escrito que deseaba estar sepultado a los pies de la Virgen de los Reyes, así encontramos que la Virgen pasó a la catedral, instalándola en el altar de la Capilla Real donde San Fernando tiene su túmulo. Allí sería enterrado, tras su muerte el 30 de mayo de 1252. Y allí reposan, desde entonces, sus restos incorruptos, en una urna de plata que está considerada la obra más relevante de la orfebrería barroca sevillana, labrada por Laureano de Pina, que se abre el día de su festividad cada 30 de mayo, para que los sevillanos acudan a rendir pleitesía al Rey Santo que recuperó su ciudad del yugo musulmán y que, además, trajo consigo a su protectora, Patrona de la Archidiócesis, la Virgen de los Reyes.