Mientras que el califa almohade iniciaba el 22 de junio de 1212 el movimientodesde Sevilla hacia Jaén, los cristianos empezaron sus ofensivas contra al-Andalus, ocupando varias fortalezas24, aunque sufriendo el contratiempo del abandono de los cruzados ultramontanos. En Jaén Al-Nāsir tuvo noticias de la situación, por lo que decidió continuar más adelante, hacia Baeza, ordenando que se ocuparan los pasos más importantes de la Sierra, mientras que él establecía su campamento en Santa Elena. Por su parte, los cristianos penetraron por la Sierra, con el riesgo de ser atacados por alguno de los contingentes almohades que vigilaban la zona. En este contexto se produjo la milagrosa intervención de un pastor que guió a las tropas cristianas por un camino que había escapado de la vigilancia de los almohades, el Puerto del Rey, a través del cual pudieron llegar a las Navas de Tolosa25.
La famosa batalla se produjo el 16 de julio de 1212, en la que los cristianos consiguieron una clamorosa victoria, a consecuencia de la cual los restos de las tropas almohades se dispersaron en todas direcciones, perseguidos por los combatientes cristianos. Al-Nāsir se salvó del desastre huyendo a Baeza, donde, aunque los vecinos le pedían consejo para actuar, sólo se detuvo para cambiar de montura, llegando esa misma tarde a Jaén26.
De allí se dirigió a Sevilla con destino a Marraquech, donde falleció a finales del siguiente año. Los días siguientes a la batalla los cristianos se apoderaron de Vilches, Baños de la Encina, Tolosa y Ferral. Los de Baeza, al conocer el desastre, y temiendo la llegada de los cristianos, evacuaron la ciudad, refugiándose en Úbeda. Aquéllos que no pudieron huir, principalmente los viejos y enfermos, se refugiaron en la mezquita aljama, donde perecieron abrasados cuando los cristianos entraron en la ciudad, robando y destruyendo todo lo que pudieron. Posteriormente asaltaron y saquearon la vecina Úbeda, siendo asesinados o reducidos al cautiverio sus habitantes.
No sabemos si por las desavenenciasm que se produjeron entre las tropas por el reparto del inmenso botín, como sugiere al-Himyarī27, o por una epidemia que se declaró en el campamento de los cristianos, como indica la Primera Crónica General28, éstos no retuvieron Baeza y Úbeda, regresando a Castilla. Esta circunstancia permitió que los almohades recuperaran estas dos ciudades para atacar a continuación el resto de las fortalezas que los castellanos habían conquistado, aunque recuperaron tan sólo Baños. Al año siguiente, Alfonso VIII continuó con sus campañas, conquistando Alcaraz después de un largo asedio. Posteriormente, y aunque se acercaba elmal tiempo, el monarca castellano puso cerco a Baeza. Sin embargo la resistencia de los baezanos, y el duro invierno y el hambre que asolaba a los sitiadores, le obligaron a desistir, y después de firmar unas treguas con los almohades,en el mes de febrero de 1214 regresaba a Castilla29, donde moriría poco después, dejando una complicada situación en el reino que impedía continuarcon su política ofensiva frente al Islam30.
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