Continuaron los progresos cristianos y las rendiciones de los emires. El soberano de Castilla consolidaba las conquistas de las tierras abandonadas por los musulmanes, buscando nuevos pobladores. Era la política del rey guerrero, que sabe que sin la ayuda de la población civil todos sus trabajos y desvelos serían baldíos. Fue ésta la forma por la que gallegos, leoneses y castellanos comenzaron a cultivar la feraz tierra de los valles del Guadalquivir. La autoridad de Fernando III sabe alejar de su política la deslealtad y la rebeldía, y desea gobernar sobre todos sus vasallos sin excepción. Con el primero que tuvo que enfrentarse fue con Diego López de Haro, Señor de Vizcaya, al que supo vencer y posteriormente ganar para su causa.
Conocer los rasgos más sobresalientes de la personalidad de nuestro gran rey no sólo es un deber de bien español, sino un deleite para el espíritu y un estímulo para el patriotismo.
A la muerte de su esposa, Doña Beatriz de Suabia, y tras guardar tres años de viudez, obedeciendo los consejos de su madre, Doña Berenguela, volvió a contraer matrimonio con la princesa Juana Ponthieu, descendiente del rey Luis VII de Francia.
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