lunes, 6 de septiembre de 2021

El Rey San Fernando y la Edificación de la Catedral de Cuenca.



La imagen de San Fernando luce en el trascoro de la Catedral de Cuenca, como legado de la devoción de los ciudadanos de Cuenca a este Santo Rey.


Su linaje nos une al ser sus abuelos maternos Alfonso VIII de Castilla y Leonor de Plantagnet, quienes tomaron Cuenca en 1177 y quienes iniciaron la construcción de nuestra Catedral.

Fernando nació en Peleas de Arriba (Zamora) el 5 de agosto de 1199, hijo de Berenguela, Reina de Castilla y de Alfonso IX, Rey de Aragón.

Cuentan las crónicas que en el año 1226 llegó a Cuenca la Reina Doña Beatriz de Suabia, princesa alemana de singular hermosura, hija del emperador Felipe, duque de Suabia y rey de Romanos y de Irene Ángelo. Beatriz, mujer del glorioso Rey Fernando III el Santo y madre de la más grande figura intelectual del siglo XIII, el Rey Alfonso X el Sabio.

A los pocos días de estar en nuestra ciudad, la Reina, que se encontraba embarazada, fue acometida de una gran fiebre. A toda prisa fueron llamando a los mejores físicos, entre ellos al famoso Pedro de Mompeller. El pronóstico fue pesimista. La Reina moriría.

Esta situación se tuvo que producir después de que Fernando partiera para Toledo al no querer el alcaide de Capilla entregar la fortaleza, consciente de su importancia como control de la red viaria, vados y pasos que permitían el acceso a Andalucía y al valle del Guadalquivir a través del Alto Guadiato, una situación geopolítica de extrema importancia. En un principio mandó parte de su ejército a poner cerco al castillo de Capilla y luego fue él en persona, alrededor de la fiesta de Pentecostés, dejando en Cuenca a su esposa y sus hijos Alfonso y Fabrique, al estar embarazada debía de quedarse en lugar seguro mientras él atendía las labores de estado (1).


Ante la enfermedad repentina de Beatriz y el pronóstico de los médicos, todas las esperanzas humanas estaban perdidas. Sólo en un milagro del cielo estaba la salud de la Reina. Día y noche se hacían rogativas en la reciente creada Catedral. Por el Obispo de la diócesis Don. Lope fue trasladada a la cámara Real, en solemne procesión la imagen de la Virgen “de la Puente”, Patrona de la ciudad, imagen en metal hábilmente labrada. La Reina, dice la crónica general, besó devotamente las manos y los pies de Nuestra Señora y… ¡Oh milagro!... Comenzó a reanimarse, remitió la fiebre y salvo su vida. A pesar de los años trascurridos, este milagro sería contado por su hijo Alfonso X en las Cantigas (2).


En todo este tiempo Fernando III no estuvo en Cuenca y Beatriz estuvo al cuidado de sus sirvientes y de aquellas damas conquenses que la sirvieron con sumo placer. La campaña de Capilla duró unas catorce semanas que fueron las que ella permaneció en Cuenca.

Fernando no regresaría a Cuenca hasta la festividad de la Asunción de María de ese mismo año. Este acontecimiento hizo que el Rey premiara el celo y amor manifestado por los conquenses a favor de su Reina y el 25 de septiembre de 1229 concedió a la Ciudad de Cuenca el privilegio del sietmo, y mandó proseguir los trabajos en la incipiente Catedral, realizándose las tres naves y la fachada principal.

Una cenefa del águila imperial, escudo de armas de la familia de la Reina Beatriz, sigue luciendo en la pared izquierda de la actual Capilla del Bautismo como testigo de lo acontecido. Fernando III con su esposa Beatriz de Suabia, estuvo a lo largo de su vida tres veces en Cuenca (3).

Durante el pontificado del Obispo Mateo Reinal o Bernal (1247-1257) el Rey Fernando III dirigió a la ciudad de Cuenca una carta, en la que a demás de tornar las aldeas a las villas detalla cómo se debían nombrar los que fueran a las Cortes y quien había de llevar la seña y revela gran amor a los conquenses, ordenando las economías que se habían de hacer en los casamientos.

(1) Crónica de la Orden de Calatrava, op. Cit. P 38.

(2) Cantigas de Santa María, edición de METTMANN, Walter, Clásicos Castalia, vol. II Madrid, 1988, pp. 367 y 368

(1) Noticias de todos los Ilmos. Señores Obispos que han regido La diócesis de Cuenca. D. Trifon Muñoz y Soliva. Imprenta de Francisco Gómez é hijos 1860. pp. 510


Fuente. José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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