martes, 28 de septiembre de 2021

Convenio de Colaboración con la Modista Arantxa Pérez Hernando para hacer la vestimenta de la Imagen del Rey San Fernando

 


El Presidente de la Hermadnad se reunía el pasado 25 de Septiembre con la modista Arantxa Pérez,  para realizar las vestimentas de nuestra nueva imagen del Rey San Fernando. Entre sus trabajos realizados por dicha modista para nuestra Ciudad de Cuenca se encuentra la realización del Sudario de la Coronación Canónica de la Virgen de las Angustias bajo diseño del Diseñador Conquense Adrián López Álvarez.

Agradecemos a su empresa La Cuesta Estudio por su ayuda con este nuevo proyecto,

lunes, 27 de septiembre de 2021

Bendición de la nueva Imagen de San Fernando el Sábado 23 de Octubre



La Hermandad de San Fernando reunida el domingo 26 de Septiembre desea informar, que la  bendición de la nueva Imagen de San Fernando,  tendrá lugar el próximo sábado 23 de Octubre a las 19:15 hs en la Iglesia Parroquial de San Fernando.

domingo, 26 de septiembre de 2021

La Virgen del Sagrario de la Catedral de Cuenca

La talla tenía una altura de casi tres cuartas y cubierta de chapería de plata; su
disposición sedente (sentada en una silla) y en las espaldas de la misma silla había dos hebillas, que prendían unos catones labrados. Estas eran las principales armas que traía en el argón aquel religioso Rey, no queriendo encomendarlas a otro tercero que las llevase, ni reparando en el embarco e incomodidad, ni en retardar el movimiento del caballo en el que iba, porque tenía librada en la Virgen toda su esperanza.


Con esta imagen entró triunfante en la ciudad de Cuenca y lo primero que hizo fue colocarla en el sitio que hoy ocupa en la Santa Iglesia Catedral. Levantando un altar para que recibiese de todos, sin dilación, la debida reverencia y culto. Encomendándole la protección y conservación de la Ciudad, pues por su patrocinio había alcanzado la posesión de ella, siendo proclamada Patrona de la Ciudad. Hoy Patrona de la Catedral.

La capilla donde se venera hoy en día la imagen, se fundó en 1629. El arquitecto fue Fray Alberto de la Madre de Dios, diseñando una capilla de cruz latina con cúpula con lucernario en el crucero, es de estilo herreriano, los mármoles que la adornan son de la Serranía de Cuenca y las pinturas al fresco de la bóveda (al día de hoy restauradas) son del conquense Andrés de Vargas (1613-1674).

Con relación a la imagen de la Virgen de las Batallas, para que pudiera ser venerada en el altar de la capilla se toma la determinación de transformarla. La talla es cortada por la mitad, creándose un armazón para vestirla. El maestro de obras, Gerónimo Saiz, se encargó de hacerle los brazos, tanto de la Virgen como del Niño Jesús. Juan de Villanueva se encargó de pintar el rostro de la Virgen y encarnar la del Niño. Andrés Díaz, como sastre se encargó de los vestidos con telas de oro de diversos colores, como en Cuenca no las había viajó a Madrid a por ellas. Juliana Zaragoza, camisera, le hizo tres camisas con bordados en las mangas al Niño y de dos vueltas de bordado para la Virgen.

De la talla original sólo queda el rostro y parte del tronco, pero sin embargo conserva todavía abundantes detalles reveladores, tanto de su antigüedad como de su primitiva riqueza ornamental.
El pecho lo tiene revestido, en su mayor parte, de un peto de plata, perfectamente adaptado hasta el cuello y que continua en parte por la cabeza, adornado con dos grecas o cenefas repujadas, una a cada lado, decorado con un emparrado con frutos.

Fuente: Chema Rodrgiguez, investigador e historiador.
Hermandad Sacramental de Nuestro Padre Jesús con la Caña
Catedral de Cuenca 

jueves, 23 de septiembre de 2021

Apuntes Históricos, 795 Aniversario de la Primera Piedra por San Fernando de la Catedral Primada de Toledo

La catedral de Santa María, llamada también Catedral Primada de España, es un templo católico de arquitectura gótica en Toledo, considerado por algunos como el opus magnum​ de este estilo en España. Su construcción comenzó en 1226 bajo el reinado de Fernando III el Santo y las últimas aportaciones góticas se dieron en siglo xv cuando en 1493 se cerraron las bóvedas de los pies de la nave central, en tiempos de los Reyes Católicos. Está construida con piedra blanca de Olihuelas (en el término de Olías del Rey).

El edificio de la catedral tal y como hoy se contempla es obra del siglo xiii, época del arzobispo de Toledo Rodrigo Ximénez de Rada y del rey Fernando III el Santo. La ceremonia oficial de la puesta de la primera piedra se retrasó con respecto al comienzo de las obras, en espera a que el rey pudiera hacer acto de presencia (1227). Ximénez de Rada había sido elegido arzobispo de Toledo en 1209 y desde el principio de su mandato defendió ante el papa la primacía de la sede toledana. En su mente estaba la construcción de una gran catedral digna de esta ciudad que él gobernaba. Por entonces, la mezquita-catedral se mostraba bastante vieja y ruinosa; incluso algunas secciones habían sido demolidas por su antecesor. La mezquita-catedral disponía de un amplio espacio, pero era de poca altura y le faltaba la esbeltez de otros templos de similar importancia. Ximénez de Rada fue el entusiasta promotor de la nueva catedral que se edificaría al gusto de la época, en estilo gótico. Tan entusiasta fue con el proyecto y tanto se involucró en él, que se llegó a decir que fue el autor-arquitecto de las trazas de la nueva catedral; afirmación totalmente fuera de lugar según los historiadores y arquitectos. El arzobispo pasó unos años manteniendo y reforzando el antiguo templo a la espera de que su sueño fuera realizado.​

martes, 21 de septiembre de 2021

Historia de la Reconquista de Cuenca por Alfonso VIII, abuelo del Rey San Fernando


Eran tiempos difíciles entre reinos. Castilla, Francia, Inglaterra, Navarra, León, Aragón, Aquitania, todos y cada uno de ellos luchaban por mantener la hegemonía de poder, su territorialidad, su expansión y su identidad, legitimando su herencia, estableciendo alianzas matrimoniales y buscando el apoyo nobiliario o eclesiástico. Mientras, Al-Ándalus seguía manteniendo a raya su islamización y provocando, a su vez, enfrentamientos entre los enemigos.
Alfonso VIII decide atacar Cuenca, conquistarla y así poder saltar la línea del Tajo, hasta ahora inexpugnable por esos pactos y alianzas. Conseguirá el apoyo del rey aragonés Alfonso II y con ello, afrontará la decisión. Sabedor de las graves dificultades que arrastraría la toma de aquella plaza, Alfonso VIII reunió en la corte burgalesa a todos sus nobles y a los obispos de Palencia, Burgos, Calahorra y Toledo.

Eran sus más fieles asesores y ellos determinarían cuántos hombres podían disponer y dar tiempo a que los ingenieros reales preparasen todo tipo de planimetría y bocetos de diseño para las armas de asalto necesarias para su consecución.

Los preparativos militares y la concentración de sus huestes lo harían en pleno invierno, a finales del año 1176, para así poder asediar la ciudad a principios de año, una vez pasadas las nieves.

Cuenca estaba franqueada por una fuerte muralla y nueve puertas, de las que tres eran principales y estaban muy bien custodiadas. La defensa natural de sus ríos, con esas depresiones que le daban forma, la hacían mucho más difícil en provocar el sitio, máxime cuando era una ciudad bastante desconocida para los castellanos

Vivían unos 700 habitantes, de los cuales solamente 300 eran varones y disponían de armas para su custodia. Los defensores tenían colocadas más de veinte catapultas en los flancos hacia el río Júcar y en la parte del Alcázar para, con ello, controlar el ataque por los flancos del poniente. Además, contaban con dos grandes silos en el centro de la ciudad, uno de ellos en la misma parte del Alcázar, difícil de llegar a él por estar bien resguardado ya que esa parte era donde se encontraba la zona noble de control de la misma. Con esas reservas tenían sus habitantes para bastantes meses, pues al ser una población escasa podía abastecerse con mayor facilidad.

Alfonso VIII sabía que la ayuda que podía tener la guarnición de la ciudad de Cuenca iba a ser mínima, pues el grueso del ejército almohade, sobre todo el que podía acceder a los lugares de necesidad, se encontraba inmerso en una epidemia de cólera provocada por la llegada de barcos tunecinos infectados desde Sicilia, en la zona norte de África.


Habría también una importante ayuda cristiana que sería definitiva en aquellos momentos. La plaza de Uclés, donde se encontraba la capital de la Orden de Santiago, se había fortalecido gracias a la ayuda prestada por el rey Lobo antes de morir. Por otro lado, las órdenes militares de Alcántara y Calatrava, ya creadas, habían ido fortaleciendo su ejército de freires y podían servir de fuerte apoyo a cualquier acción a tomar.
Si a esto añadimos los caballeros del Temple que, desde su tierra de Aragón y Cataluña, estaban dispuestos a ayudar a su rey aragonés en su alianza con el castellano, las fuerzas empezaron a multiplicarse en poco tiempo.



El potente ejército en número y armas estableció su campamento en los llanos de la aldea de Jábaga, desde donde se divisaba fácilmente toda la ciudad de las Hoces. Mientras, un destacamento de cien hombres realizaba diariamente un recorrido por la parte del río Huécar, sobre todo para advertir a la guarnición musulmana que seguían estando allí para conseguir su propósito. Con ello, controlaban la posible salida de emisarios que pudieran marchar para pedir ayuda a las guarniciones andaluzas.1 El rey castellano convocó a todos los nobles que quisieran unirse al ejército para llevar a cabo tal hecho.

Durante el primer mes de asedio, las tropas cristianas con el rey Alfonso VIII a la cabeza, pusieron en marcha la fabricación de diferentes armas de asalto en función de los estudios que los ingenieros allí desplazados fueron analizando. Se estudió al detalle cada posible acceso, la parte oriental y la occidental. Tal vez, la parte que mira al Júcar pudiera ser más asequible en la zona baja, pero había que superar una albuhaira o albufera de gran cantidad de agua que les servía de fuerte defensa. Para ello, debían preparar dos balsas de transporte para salvar la empalizada de trinchera que bordeaba la misma. El único lugar franqueable era la unión de las aguas de los dos ríos, concretamente, en la desembocadura del Huécar en el Júcar, aunque allí había una fuerte guarnición musulmana.

Decidió Alfonso VIII colocar dos campamentos de asedio. Por un lado, en las tierras de Jábaga estableció el campamento real, donde se ubicaba su tienda y la de su aliado Alfonso II de Aragón. Desde el altozano en que se divisa toda la extensa panorámica, podían analizar la evolución de la ciudad sitiada sin que el peligro directo pudiera ser un inconveniente para establecer la estrategia de ataque.

Mandó el rey Alfonso a su escolta construir un pequeño altar en piedra, junto a la tienda donde guardaban los enseres religiosos, para colocar allí a la Virgen del Sagrario, imagen que portaba siempre consigo en todos y cada uno de sus viajes.


Era una imagen en talla de madera, pequeña, dedicada a Santa María, con una devoción profunda desde que llegó a Toledo traída por san Eugenio y que –según la tradición–, había pertenecido a los Apóstoles. Allí la recibió su bisabuelo Alfonso VI, el cual la había colocado como patrona de su trono real.
Esta imagen era una talla románica en madera, policromada en los talleres de Monfort de Lemos, dedicada a Santa María como advocación de todos los reyes cristianos en sus conquistas y repoblaciones. Tiene la imagen al Niño sentado en sus rodillas con una bola del universo con cruz en su mano izquierda; y tal era su devoción, que corría entre los devotos ese rumor penitencial de que «el día que al Niño Dios se le cayese la bola sobrevendrá la destrucción del mundo.» 2

El canciller Giraldo en su citada crónica, comenta minuciosamente la disposición de las tropas de Alfonso VIII en su cerco a la ciudad. Hace una perfecta descripción táctica:
"Las colocó en cuatro partes para bien distribuir a los sitiadores evitando así la salida de los moros;

Debajo de las cuesta de Conca, en un punto que pasa el Huécar, hicieron los moros un muelle y taparon de modo que el agua salía por encima del puente, obligando casi a su huída, apartándose e lugar seguro y pasaron mucho mal por donde iban las aguas, quedando pantanos y zanjas por las que no se podía pasar. el 12 de julio los moros hicieron una salida y consiguieron avituallarse a costa de grandes pérdidas, aunque luego ya fracasarían." 3
De una u otra manera, sin saber exactamente cómo y cuándo, la ciudad caía en las manos cristianas, la madrugada del 21 de aquel mes de septiembre (algunos cronistas hablan de unos días antes). Un griterío ensordecedor advirtió al rey y a su Corte de que el triunfo estaba a punto de conseguirse y que la ciudad de las Hoces, la que tanto y tanto había costado rendir, estaba a punto de ofrecer su vasallaje al rey de Castilla.

Así sucedía y así quedaba escrito. Una copia de un diploma regio lo advertía:
«Facta carta in Conca, quando fui capta.»

Cuenca era la primera conquista del rey Alfonso VIII cuando aún no había cumplido los veintidós años. Después de nueve meses de asedio se le entregó la plaza y con ella, «la fortaleza de Cuenca y sus torres se le sometieron. Sus roquedales se hicieron accesibles y su escabrosidad llanura. La consiguió tras muchos trabajos y la convirtió en ciudad regia.»

Alfonso VIII hizo de su nueva conquista la capital y plaza fuerte avanzada de la frontera castellana con el reino de Aragón y con las tierras almohades de Valencia; dotó a Cuenca de concejo y trató de darle todo lo necesario para el buen gobierno.

Desde la Hermandad Felicitamos a los Conquenses en el Día de San Mateo y Reconquista de la Ciudad de Cuenca

 Desde la Hermandad de San Fernando queremos felicitar a todos los Conqueses, el día de San Mateo, día en que celebramos la Reconquista de Cuenca, de manos del Rey Alfonso VIII, abuelo de nuestro Titular el Rey San Fernando

jueves, 16 de septiembre de 2021

San Fernando y la Virgen de Linares.

Fernando III fue decisivo para Córdoba, dándole una vitalidad ausente en sus últimos doscientos años de gobierno musulmán. Deshabitada y rodeada de territorios hostiles, la incluyó en la jurisdicción real y la dotó de un generoso y modélico Fuero de Ciudad, que diseñaba sus instituciones municipales y garantizaba su repoblación con hombres libres, sobre todo castellanos y leoneses. El propio Rey residió en ella hasta liberarla de amenazas bélicas. Córdoba ejerció desde entonces, y hasta 1492, como capital de la frontera, reportándole numerosos beneficios económicos y políticos.
Consagró la Mezquita como Catedral, pero respetando el mihrab y las inscripciones coránicas. Dividió Córdoba en tantos barrios como parroquias creó, catorce: Santa María o barrio de la Catedral, San Miguel, San Nicolás de la Villa, Santo Domingo de Silos, El Salvador, San Juan de los Caballeros, Omnium Sanctorum, Santa María Magdalena, Santiago, San Lorenzo, San Pedro, San Andrés, Santa Marina y San Nicolás de la Ajerquía. Y fundó cuatro notables conventos: La Merced
(mercedarios), San Pedro el Real (franciscanos), Santísima Trinidad (trinitarios calzados) y San Pablo (dominicos).


La tradición señala que Fernando III trajo consigo la imagen de la Virgen de Linares y la depositó en una atalaya mora cuando acudió a asediar Córdoba en febrero de 1236. Dado que la Reconquista de Córdoba es la primera que se produce en Andalucía tras las de algunas plazas jiennenses, podemos afirmar que estamos hablando de una de las devociones marianas andaluzas más antiguas.

El santuario está a unos ocho kilómetros de Córdoba, en un paraje de extraordinaria belleza. Se encuentra sobre una pequeña colina. A sus pies corre un sinuoso arroyo, rumoroso en alguno de sus tramos por los roquedales que tiene en su curso, y tranquilo en las balsas que se forman en su recorrido. A ambas márgenes se alza una frondosa alameda, donde anidan multitud de ruiseñores, teniendo al pie de los álamos y a lo largo de todo el curso del arroyo centenares de rosales y flores silvestres, enredaderas y espinos.

El resto del paisaje lo forman olivos, pinos y monte bajo en el que crecen jaras y lentiscos, que hacen del entorno del santuario un paraje verdaderamente delicioso y encantador. A poca distancia de la ermita, con unas panorámicas bellísimas, sobre todo el entorno de la misma, se halla el Puerto de la Salve, lugar desde el cual, al avistar el santuario, los romeros rezan su primera Salve a Nuestra Señora.



lunes, 13 de septiembre de 2021

La Virgen de la Sede y el Rey San Fernando

La imagen de la Virgen de la Sede es una de las joyas de la Catedral de Sevilla. Se encuentra en el centro del Retablo Mayor, más arriba del gran sagrario. Es una imagen de la Virgen que, según la tradición era especialmente venerada por San Fernando, que la tuvo en el campamento durante el asedio de Sevilla. Más tarde presidió la procesión triunfal de entrada en la capital después de la conquista, y presidió la iglesia que sustituyó a la mezquita que luego se convirtió en la Catedral.
Es una imagen de la Escuela de Reims (de 1’21 m. de altura) del siglo XIII, que está hecha de madera de ciprés, y recubierta de planchas de plata en su color. La Virgen está sentada y tiene al Niño sobre su pierna izquierda, a la vez que lo sostiene con su mano; en la mano derecha tiene una flor simbólica de plata.

La serenidad acogedora de los rostros de la Madre y del Hijo es impresionante. No es extraño que tanto San Fernando, como su hijo Alfonso X el Sabio, estuvieran prendados de esta imagen. Por eso le dieron un lugar preferente en sus primeros años en Sevilla, y pasó más tarde a presidir un lugar central en el gran retablo mayor de la Catedral.

En la expresión de la Virgen y del Niño se aprecia un comienzo de sonrisa iniciada, comparable con los rostros de las mejores imágenes budistas del siglo VII en Japón: es una simple coincidencia, pero este gesto las acerca más al espectador, y es propio de la sonrisa iniciada en las imágenes de este tiempo.

miércoles, 8 de septiembre de 2021

La Virgen de las Batallas y el Rey San Fernando

 

La Virgen de las Batallas es una advocación maría que representa a la virgen sentada en el trono con el niño Jesús, en sus brazos en actitud de bendecir. Se alude con ello a María como sede de la Sabiduría. Está realizada en marfil y se expone en el interior de la Catedral de Sevilla.

En este período histórico español, que se conoce por la historografía tradicional como la Reconquista, se hizo una imagen devocional. Hubo un rey francés que mandó realizar en el SXIII una imagen mariana. Este rey de Francia no es otro que Luis IX de Francia, conocido como San Luís. Y es que Luis IX acabaría siendo canonizado, al igual que su primo Fernando III de Castilla y León, a quien iba destinado dicho regalo.

Aunque es curioso que a Luis lo canonizaran a los pocos años de morir, mientras que a Fernando III de Castilla y León no lo canonizarían gasta varios siglos después.

Así, la Virgen de la Batallas de la Catedral de Sevilla perteneció a San Fernando. Cuenta la leyenda que esta virgen de marfil le protegía en las batallas que libró contra los musulmanes. Incluso que, gracias a la intercesión de ella, el monarca logró vencer en numerosos lances y enfrentamientos, saliendo siempre indemne.

Conquistó diversas ciudades, pero sin duda su conquista más famosa y relevante fue la que consiguió en el año 1248. En este año, San Fernando conseguiría recuperar para los cristianos la ciudad de Sevilla. Y es precisamente en esta ciudad donde descansan sus restos mortales.

La imagen de la Virgen de las Batallas pasaría luego a manos su hijo Alfonso X El Sabio y éste la donaría a la Catedral Hispalense. Desde entonces ha permanecido en dicho templo, y actualmente se expone en la Sacristía Mayor.

 

lunes, 6 de septiembre de 2021

El Rey San Fernando y la Edificación de la Catedral de Cuenca.



La imagen de San Fernando luce en el trascoro de la Catedral de Cuenca, como legado de la devoción de los ciudadanos de Cuenca a este Santo Rey.


Su linaje nos une al ser sus abuelos maternos Alfonso VIII de Castilla y Leonor de Plantagnet, quienes tomaron Cuenca en 1177 y quienes iniciaron la construcción de nuestra Catedral.

Fernando nació en Peleas de Arriba (Zamora) el 5 de agosto de 1199, hijo de Berenguela, Reina de Castilla y de Alfonso IX, Rey de Aragón.

Cuentan las crónicas que en el año 1226 llegó a Cuenca la Reina Doña Beatriz de Suabia, princesa alemana de singular hermosura, hija del emperador Felipe, duque de Suabia y rey de Romanos y de Irene Ángelo. Beatriz, mujer del glorioso Rey Fernando III el Santo y madre de la más grande figura intelectual del siglo XIII, el Rey Alfonso X el Sabio.

A los pocos días de estar en nuestra ciudad, la Reina, que se encontraba embarazada, fue acometida de una gran fiebre. A toda prisa fueron llamando a los mejores físicos, entre ellos al famoso Pedro de Mompeller. El pronóstico fue pesimista. La Reina moriría.

Esta situación se tuvo que producir después de que Fernando partiera para Toledo al no querer el alcaide de Capilla entregar la fortaleza, consciente de su importancia como control de la red viaria, vados y pasos que permitían el acceso a Andalucía y al valle del Guadalquivir a través del Alto Guadiato, una situación geopolítica de extrema importancia. En un principio mandó parte de su ejército a poner cerco al castillo de Capilla y luego fue él en persona, alrededor de la fiesta de Pentecostés, dejando en Cuenca a su esposa y sus hijos Alfonso y Fabrique, al estar embarazada debía de quedarse en lugar seguro mientras él atendía las labores de estado (1).


Ante la enfermedad repentina de Beatriz y el pronóstico de los médicos, todas las esperanzas humanas estaban perdidas. Sólo en un milagro del cielo estaba la salud de la Reina. Día y noche se hacían rogativas en la reciente creada Catedral. Por el Obispo de la diócesis Don. Lope fue trasladada a la cámara Real, en solemne procesión la imagen de la Virgen “de la Puente”, Patrona de la ciudad, imagen en metal hábilmente labrada. La Reina, dice la crónica general, besó devotamente las manos y los pies de Nuestra Señora y… ¡Oh milagro!... Comenzó a reanimarse, remitió la fiebre y salvo su vida. A pesar de los años trascurridos, este milagro sería contado por su hijo Alfonso X en las Cantigas (2).


En todo este tiempo Fernando III no estuvo en Cuenca y Beatriz estuvo al cuidado de sus sirvientes y de aquellas damas conquenses que la sirvieron con sumo placer. La campaña de Capilla duró unas catorce semanas que fueron las que ella permaneció en Cuenca.

Fernando no regresaría a Cuenca hasta la festividad de la Asunción de María de ese mismo año. Este acontecimiento hizo que el Rey premiara el celo y amor manifestado por los conquenses a favor de su Reina y el 25 de septiembre de 1229 concedió a la Ciudad de Cuenca el privilegio del sietmo, y mandó proseguir los trabajos en la incipiente Catedral, realizándose las tres naves y la fachada principal.

Una cenefa del águila imperial, escudo de armas de la familia de la Reina Beatriz, sigue luciendo en la pared izquierda de la actual Capilla del Bautismo como testigo de lo acontecido. Fernando III con su esposa Beatriz de Suabia, estuvo a lo largo de su vida tres veces en Cuenca (3).

Durante el pontificado del Obispo Mateo Reinal o Bernal (1247-1257) el Rey Fernando III dirigió a la ciudad de Cuenca una carta, en la que a demás de tornar las aldeas a las villas detalla cómo se debían nombrar los que fueran a las Cortes y quien había de llevar la seña y revela gran amor a los conquenses, ordenando las economías que se habían de hacer en los casamientos.

(1) Crónica de la Orden de Calatrava, op. Cit. P 38.

(2) Cantigas de Santa María, edición de METTMANN, Walter, Clásicos Castalia, vol. II Madrid, 1988, pp. 367 y 368

(1) Noticias de todos los Ilmos. Señores Obispos que han regido La diócesis de Cuenca. D. Trifon Muñoz y Soliva. Imprenta de Francisco Gómez é hijos 1860. pp. 510


Fuente. José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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miércoles, 1 de septiembre de 2021

Carta del Presidente con motivo del nuevo Curso de la Hermandad 2021/2022

 Estimados hermanos de San Fernando,


Lo primero quiero enviaros un mensaje de ánimo ante el inicio del nuevo curso. Las circunstancias derivadas por la pandemia se están alargando en el tiempo. Esto está haciendo que la situación sea complicada en todos los ámbitos y espero que vosotros y vuestros seres queridos os encontréis bien. Pero esto no puede llevarnos al desánimo y tenemos que mirar al futuro con esperanza.

Os anuncio que dentro de muy poco tiempo comunicaremos la bendición de nuestro Sagrado Titular San Fernando y os daremos toda la información relativa al cobro de recibos de este año 2021 y todos los proyectos que con ilusión  tiene nuestra hermandad y que irán cobrando vida poco a poco durante los próximos años.

Quiero trasladaros la pasión, la ilusión y la ganas de la Junta de Gobierno ante este proyecto que se escribe con letras grandes de Hermandad. Todos tenemos cabida en la Hermandad, os animamo a colaborar y que traigais a familiares y amigos, ya que todos formamos parte de esta pequeña Corporación. Por ello te pedimos que colabores con nosotros y que tengas una participación activa en este camino.

Que San Fernando y la Virgen de los Reyes nos proteja de esta pandemia y les pedimos por el fin de esta situación.

Recibir todos un cordial y fraternal abrazo.

Paz y bien y que viva por siempre San Fernando.

Daniel de la Morena Gómez. Presidente de la Hermandad San Fernando, Cuenca.