miércoles, 25 de agosto de 2021

Representación de nuestra Directiva en la Apertura de la Urna del Rey San Fernando en Sevilla


Con motivo de la Culminación de la Octava de la Virgen de los Reyes, la Asociación de Fieles de la Virgen de los Reyes y San Fernando y el Cabildo de la Metrolpolitana y Patriarlcal Iglesia Catedral de Sevilla, abren la urna con el Cuerpo Incorrupto de nuestro Titular San Fernando, para la ocasión una representación de nuestra Junta de Gobierno estuvo acompañando en dicho acto.








lunes, 23 de agosto de 2021

Historia de la Canonización de San Fernando.

En tiempos de Carlos II, como bajo sus predecesores, las honras fúnebres

dedicadas a la familia real permitieron ensalzar en el púlpito de la Capilla Real la piedad de la Casa de Austria . Los predicadores reales aprovecharon las exequias para proclamar la santidad de los parientes difuntos del monarca, glosando sus devociones y virtudes heroicas. La imagen de la santidad regia planeaba sobre el conjunto del linaje, aún cuando algunos de sus exponentes no se hubiesen caracterizado precisamente por su vida piadosa (baste como ejemplo la de su padre Felipe IV, tan dado al “pecado carnal”). Sin embargo, la Monarquía Hispana carecía de un rey santo de culto reconocido por la Santa Sede, a diferencia de los principales reinos europeos que contaban con reyes santos desde los tiempos bajomedievales .

Durante los primeros años del reinado de Felipe IV se promovió desde la Corte la canonización de algún rey de Castilla o de Aragón que se hubiese distinguido por su vida virtuosa y por su empeño en la propagación militar de la Fe. El propio Felipe IV declaraba cuánto le interesaba al reino “ver uno de sus reyes en el Catálogo de los Santos, requisito que faltaba a la grandeza de esta Monarquía”.

Tras plantearse varias candidaturas como las del rey de Castilla Alfonso VIII y del rey de Aragón Jaime I el Conquistador, al final los recursos de la Corona se concentraron en probar ante Roma la santidad de Fernando III, rey de Castilla y León (el conquistador de Sevilla). El lento proceso de beatificación y canonización de Fernando III sufrió los avatares de las relaciones entre la corte de Madrid y la Sede Apostólica, especialmente, bajo el pontificado de Urbano VIII, quien, como bien se sabe, inclinó decididamente la política de la Santa Sede a favor de Francia y en contra de España. De esta forma se frenaba la polìtica de “canonizaciones españolas” que habían tenido lugar en los primeros años del reinado bajo el pontificado de papas “pro-hispanos” (Santa Teresa de Jesús, San Ignacio de Loyola o San Francisco Javier).

A partir de 1629, se proponen como candidatos a la canonización al carmelita Juan de la Cruz, al beato Simón de Rojas, al cardenal Cisneros, al inquisidor Pedro Arbués y al citado rey Fernando III, entre otros. Sin embargo, Urbano VIII estableció la prohibición de canonizar a nadie que hubiera muerto en los últimos cincuenta años. Aplicar este criterio significó excluir a Juan de la Cruz y a Simón de Rojas. Decidió también el papa excluir a quienes hubiesen recibido ya algún tipo de culto, aunque esto viniera ocurriendo desde “tiempo inmemorial”. Con esta otra puntualización, se sacaba, igualmente, de la lista de candidatos, al rey Fernando III. Abundando en su idea, decidió finalmente Urbano VIII que, en adelante, no se canonizaría más que en tandas de cuatro santos, como mínimo, cada vez. Al mismo tiempo, ordenó que las sesiones en que había que estudiar y decidir sobre cada canonización se distanciaran entre sí mediante períodos mínimos de seis meses. Al parecer, el papa estaba dispuesto a dejar a los españoles que aspiraban a la santidad oficial sin su principal mérito: el de venir recomendados por el Rey Católico.

Todo quedó, por tanto, paralizado, hasta 1644, fecha en que subió al solio pontificio el papa Inocencio X, favorable a los intereses españoles. El nuevo papa revocó las disposiciones dadas por su antecesor, con lo que quedó desbloqueado el proceso de canonización de Fernando III. Pero el desenlace final del mismo sólo se produjo en tiempos de otro papa igualmente favorable a España, Clemente X, quien reconoció el culto público a san Fernando eel 7 de febrero de 1671, reinando ya Carlos II.

La decisión papal fue comunicada a doña Mariana de Austria, madre y regente de Carlos II durante su menor edad. La bula papal autorizaba a celebrar anualmente la fiesta de san Fernando, en todos los reinos de la Corona de España, el día 30 de mayo por sere el día de su muerte y, excepcionalmente, autorizaba también que se festejara aquel acontecimiento de forma especial dentro del año de 1671, en la fecha que pareciera más conveniente. Inmediatamente la Reina gobernadora hizo publicar el breve y una cédula real de 23 de marzo, enviada a todas las ciudades, para que se celebrara el nuevo culto. El 3 de septiembre de 1672 Clemente X ampliò amplió la veneración de San Fernando a toda la Iglesia universal y lo incluyó en el martirologio romano. Según afirmó Antonio de Solís .

En junio se celebraron en la Real Capilla de Palacio los breves pontificios. El culto al rey santo permitió a los predicadores glosar la obediencia debida a un trono sagrado y la santidad comunicada al conjunto del linaje por medio de la sangre regia. Además, la elevación a los altares de Fernando III fue utilizado por la regencia de Mariana de Austria para asociar su gobierno con la “Pietas Austriaca” y para remarcar su estrecha relación con la sacralidad. En el discurso pronunciado por el predicador Bartolomé García de Escañuela el 7 de junio de 1671 con ocasión de la primera celebración del culto al Rey Santo, la reina doña Mariana fue caracterizada de “Santa” al estar vinculada por sangre con Fernando III, y relacionada con la reina Berenguela, madre del santo rey, reconocida por su prudencia y devoción. Y es que a la altura de 1671, la Reina regente, que ya había expulsado a Nithard, seguía trabajando en pos de su legitimación.

Podemos decir que en la época barroca, la Monarquía, a través de su proceso absolutista, lograba convertirse en la instancia suprema. Pero tan importante como el ejercicio del poder era su representación, como señala Saavedra Fajardo, uno de sus principales teóricos. La imagen sagrada de la realeza hispana se constituirá en el principal componente de la ideología política. Los distintos instrumentos de la propaganda regia incidirán en su carácter espiritualista, ya sea, a través del arte, la literatura y, muy especialmente, la fiesta, debido a su carácter masivo y en la que muy a menudo convergían los otros dos mecanismos, a través de los sermones, las representaciones teatrales, las arquitecturas efímeras y los emblemas que las decoraban. La sociedad sacralizada del Antiguo Régimen y la vinculación en la práctica entre el Estado y la Iglesia hacían verdaderamente fácil, y hasta inexorable, esta unión entre el Rey y Dios, fruto tanto de la convicción como de los intereses políticos.

En España no se insistirá en la deificación, como sucedía en la vecina Francia, pero sí en su título de “Rey Católico”. El ideal de “Príncipe Cristiano”, formulado por Ribadenayra en contraposición a Maquiavelo, será recurrente. Un rey que tandrá en la religión su verdadera Razón de Estado y que encontrará en la virtud su guía para lograr el favor divino. En la historia se hallarían algunos modelos de monarcas virtuosos o piagoso, elevados a la mitificación, como Felipe II y, por supuesto, Fernando III. Para la mentalidad de la época se trataba ya de un santo y del rey ideal, cuya piedad y defensa de la Fe contra herejes y, sobre todo, infieles, había sido premiada por la providencia con la reconquista de Andalucía.

Si había un rey necesitado de un impulso propagandístico, e incluso legitimador, ese era Carlos II, sobre todo, durante su minoría de edad. Su naturalezza enfermiza y la situación anómala de una regencia que favorecía las luchas cortesanas, provocaban que la opinión pública contraria al gobierno, frente a los distintos validos de la Reina doña Mariana de Austria, se estuviera desarrollando más que nunca.

La canonización de Fernando III, apoda con vehemencia por Felipe IV y la Reina gobernadora, como ya hemos visto, llegaba en el mejor momento. La explosión del fervor religioso, sobre todo en el sur de España, donde existía una gran devoción al nuevo santo, no iba a ser la única consecuencia. Se ponía en marcha el “espectáculo del poder”, uno de los principales mecanismos de dominación, de difusión ideólogica y adhesión, con los que contaba la Monarquía, así como las demás instancias del poder: la fiesta. Las ideas de Maravall (7) sobre la cultura barroca, si bien, matizadas por diversos autores, siguen siendo válidas. Se buscaba la adhesión extrarracional, movilizar los ánimos hacia un poder y una determinada concepción del mundo, y para ello nada mejor que tratar de seducir, de conmover, de afectar a los individuos por medio de la fiesta. Era la puesta en práctica de la retórica aristotélica tomada por el Barroco para conseguir la dominación persuasiva: “docere, delectare, movere”.

No se puede dudar del carácter monárquico de las fiestas de 1671, teniendo en cuenta sus promotores y fines. Mariana de Austria fue su impulsora, como hemos visto ya, ordenando a todas las instancias de poder que la celebraran.

Los santos eran los grandes héroes de aquella sociedad sacralizada y empapada de trascendencia. La canonización de un rey castellano redundaba en el prestigio de la institución monárquica, pero especialmente en el de su titular. La relación entre el rey santo y Carlos II favorecía la imagen piadosa y sagrada del monarca actual y también la de su madre y regente, a la vez que se dotaba a la publicística regia de un carácter triunfalista, en medio de la realidad decadente, con la vinculación con aquel antepasado victorioso. Esta identificación se pone directamente de manifiesto en la literatura de los sermones, canciones, emblemas y arte efímero, desarrollados en el marco de aquellas fiestas. En las funciones realizadas por la Inquisición en Códoba, en el convento de San Pablo, aparecían en un mismo escenario el estandarte de San Fernando, el retrato de Carlos II y el ave fénix en el momento en el que se consume en el fuego antes de renacer; Carlos II era el ave fénix renacido de las cenizas de su abuelo, tal como explica el autor de la relación festival.

Pero, a su vez, eran fiestas religiosas, con un contenido también propagandístico de la Iglesia a nivel nacional. Numerosas eran las celebraciones religiosas en las que de forma directa o indirecta se exaltaba a la Monarquía. Fiestas inmaculistas y de desagravios promovidas por la Corona, el establecimiento de funciones anuales como la Virgen del Patrocinio de 1656, rogativas y acciones de gracias en guerras, nacimientos de príncipes, … mostraban la piedad de los monarcas y la solidaridad entre el Absolutismo y la Contrarreforma. Aunque, posiblemente, en las fiestas de San Fernando, la transposición de intereses regios a realidades sacras llegó a su máxima, o cuanto menos novedosa, expresión.

Fuente: Reinado de Carlos II

lunes, 16 de agosto de 2021

Hechos Históricos de San Fernando: Octavo Centenario de la Primera Piedra de la Catedral de Burgos

Un 20 de julio de 1221 tuvo lugar la ceremonia de colocación de la primera piedra


de la Catedral de Burgos. Por lo tanto, este año se celebran los 800 años de la Catedral de Burgos. Ese nuevo templo estaba llamado a sustituir a la antigua catedral románica y convertirse en uno de los edificios más significativos de Europa.


El gran acontecimiento fue presidido por los promotores de la nueva obra. Nos referimos al obispo de Burgos, don Mauricio, y a los reyes de Castilla, Fernando III y Beatriz de Suabia. Con motivo del VIII Centenario de la Catedral de Burgos intentamos recrear cómo pudo desarrollarse esa gran celebración para la ciudad.



800 AÑOS DE LA CATEDRAL DE BURGOS

A inicios del siglo XIII, la ciudad de Burgos, la Caput Castellae, era la capital económica del reino de Castilla. Su creciente importancia y pujanza económica hizo que pronto se quedara obsoleta su catedral románica. Tanto por su incapacidad para acoger grandes masas de fieles como por su no adecuación a los nuevos gustos dominantes, se hizo necesaria su sustitución. Merecía Burgos un templo que hiciera justicia con la pujanza de la urbe destinada a jugar un papel fundamental en el devenir de Castilla.

En ese contexto, surgirá la idea de levantar una nueva catedral en Burgos.

CATEDRAL ROMÁNICA DE BURGOS

La actual catedral gótica de Burgos se levanta en el espacio ocupado anteriormente por un templo románico. La historia de la diócesis de Burgos comienza en el año 1075. Entonces se traslada la sede episcopal desde Oca a la capital del Arlanzón. Ese cambio requirió la construcción de una catedral. Para ello, se utilizó el terreno en el que se encontraba el palacio de Fernando I, ofrecido a su hijo Alfonso VI. Además se aprovechó el espacio ocupado por la iglesia de Santa María, previsiblemente aún en obras.

A finales del siglo XI concluiría la construcción de la catedral románica de Burgos. Por desgracia, son escasos los restos que nos han llegado de la misma. Así que solo podemos especular sobre cómo sería. Probablemente sería un templo de tres naves, con triple ábside en la cabecera y claustro adosado en la parte sur. La cubierta pudo ser de madera en las naves y bóveda de piedra en la cabecera. Asimismo contaría con dependencias anejas, destinadas al uso de los canónigos, y un palacio episcopal, utilizado también por los reyes.



Conocemos las advocaciones de algunos altares y capillas. El templo románico se dedicó a Santa María. La documentación menciona también altares dedicados a Santiago, San Nicolás, Santo Tomás de Canterbury y San Antonio Abad. Estas advocaciones se mantendrían en la catedral gótica.

El edificio románico pronto se quedó pequeño. La ciudad de Burgos experimentó un gran crecimiento. El Cabildo contaba ya a finales del siglo XII con treinta canónigos. El obispo Marino, adelantándose a los acontecimientos, donó a la Catedral bienes y casas contiguas para su posible ampliación. Pero para eso hubo que esperar aún unos años y...¡¡una boda real!!

BODA DE FERNANDO III Y BEATRIZ DE SUABIA

Sin duda, hay un acontecimiento que se antoja como definitivo para la construcción de una nueva catedral en Burgos. Nos referimos a la boda del rey de Castilla Fernando III el Santo y Beatriz de Suabia, hija de Felipe de Suabia, Rey de Romanos. Ofició la ceremonia el entonces obispo de Burgos, don Mauricio. A este acontecimiento, que cumplió su VIII Centenario hace dos años, dedicábamos una entrada de nuestro blog titulada VIII Centenario de la boda de Fernando III y Beatriz de Suabia.



Era el obispo Mauricio persona de confianza de Fernando III y de su madre, la reina Berenguela. De hecho, se le había encomendado la tarea de encabezar la embajada castellana hasta el imperio alemán para acompañar a la princesa Beatriz hasta Burgos. Durante el viaje de vuelta, el séquito visitó en París a Blanca de Castilla. Blanca era reina consorte de Francia y hermana de Berenguela. Durante su estancia en París, tanto el obispo Mauricio como la propia Beatriz pudieron ver cómo avanzaban las obras de la Catedral de Notre Dame. Catedral de elevadas torres y levantadas en un nuevo lenguaje arquitectónico, muy diferente al de la románica catedral burgalesa.

Finalmente, el 30 de noviembre de 1219 contrajeron matrimonio en la Catedral de Santa María de Burgos Fernando III y Beatriz de Suabia. La celebración estaría a la altura de los contrayentes. Pero es posible que con el templo no ocurriera lo mismo. A la boda asistieron miembros de la nobleza y la corte, delegados de las localidades de mayor categoría del reino, y una destacada presencia de familias poderosas de toda Castilla. Tan selecta y numerosa concurrencia no se había visto en la ciudad de Burgos.

UNA NUEVA CATEDRAL PARA BURGOS

La boda real vendría a demostrar la insuficiencia del templo románico para albergar ceremonias religiosas de esa categoría. Inmediatamente se planteará la necesidad de una nueva catedral para Burgos.

¿Se construyó la Catedral de Burgos por amor?

Hay quien dice que el proyecto de una nueva catedral para Burgos surgiría de la promesa que el monarca hizo a su esposa el mismo día de la boda. Levantar una nueva catedral mejor y más grande que el vetusto templo románico. Además acorde con el nuevo gusto arquitectónico de la época que la ya reina había tenido oportunidad de conocer a su paso por Francia, el gótico. Nunca sabremos si existió tal promesa.

Lo que sí parece claro es que en la mente del obispo Mauricio planearía ya esa idea. De hecho, hay que considerar a don Mauricio como el verdadero promotor de la nueva construcción. Seguramente por encima de las posibles promesas de amor del recién casado Fernando.



Obviamente, para don Mauricio fue clave contar con el favor y las donaciones reales. Ya en el mes de junio de 1221, los reyes donaron al obispo los pueblos de Valdemoro y Quintanilla, en la zona de Castrojeriz, y San Mamés de Fabar, en Panizares. Era una primera muestra de agradecimiento por "los muchos trabajos que este venerable padre Don Mauricio sufrió en ir y volver de Alemania de orden mia y de mi dulcísima madre á traer á mi carísima muger la reina Doña Beatriz".

Quizás sí, la boda y la mediación de la reina fue decisiva para acabar de convencer a Fernando III de la necesidad de una nueva catedral. Pero para ver que ese nuevo proyecto catedralicio llegara a plasmarse hubo que esperar casi dos años desde la boda real.

COLOCACIÓN DE LA PRIMERA PIEDRA DE UNA IGLESIA

La ceremonia de colocación de la primera piedra o piedra angular de un templo es y ha sido un acto simbólico de gran importancia para el cristianismo. El Evangelio de San Mateo (Mt 16-18) recoge "Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia". Pedro, cuyo verdadero nombre era Simón, proviene del griego petros (piedra). El cristianismo sumaría a este origen simbólico de la Iglesia, el ritual romano de colocación de la primera piedra como acto fundacional.

La ceremonia que marcaba el inicio de la construcción de un edificio religioso era realmente extraordinaria. El Ordo ad benedicandam ecclesiam menciona hasta 150 acciones en este ritual. El rito se fue configurando a lo largo de los siglos hasta culminar principalmente en el siglo XIII.

Se reconocerá la autoridad del obispo en la fundación de un templo. Su presencia directa o delegada era la principal exigencia en esta ceremonia. Esta consistía en la bendición del terreno de la nueva iglesia. Generalmente los cimientos del nuevo edificio estaban ya marcados en el suelo. También se situaba una cruz de madera en el lugar donde iba a situarse el altar. A continuación se procedía a la colocación y bendición de la primera piedra o piedra angular. Sobre esa piedra se grababa una cruz, incluyendo también, a veces, una inscripción e, incluso, reliquias.

PRIMERA PIEDRA DE LA CATEDRAL DE BURGOS

Todo acto fundacional de un templo era motivo de grandes celebraciones en el que la participación de los fieles era masiva. Y más todavía si esa nueva iglesia era una catedral de la importancia de la de Burgos.

¿Cuándo se construye la Catedral de Burgos?

Será un 20 de julio de 1221, festividad de Santa Margarita, cuando se celebró el simbólico acto de colocación de la primera piedra de la nueva catedral de Burgos. Así se recoge tanto en el Cronicón de Cardeña como en el archivo catedralicio. A esa solemne ceremonia asistieron el obispo don Mauricio (don Moriz) y el propio rey Fernando III. No faltarían tampoco a la cita la reina Beatriz de Suabia, la reina madre doña Berenguela, Alfonso de Molina, hermano del rey, cortesanos y el cabildo catedralicio al completo.

Era MCCLIX. Fué puesta la primera piedra
en Santa María de Burgos en el mes de Julio,
el dia de Santa Margarita de Burgos , é pusiéronla el
Rey Don Ferrando, é el Obispo Don Moriz.

El magno acontecimiento quedaría plasmado en el claustro alto de la Catedral. Su ángulo sudeste se decora con un conjunto escultórico de finales del siglo XIII. Representa al obispo Mauricio y al rey Fernando III, acompañados de dos figuras, una civil y otra religiosa.



Es fácil imaginar que fue un día de fiesta para la toda la ciudad. La mayoría de los burgaleses se congregarían entorno a la catedral románica para presenciar la ceremonia. Los jóvenes reyes (Fernando contaba con 20 años y Beatriz con 16) centrarían la atención de los asistentes. Sobre todo, la reina, que ya desde su llegada causó una muy buena impresión. Las crónicas la describen como nobilísima, muy sabia, pudorosa, de honestas costumbres, prudente y dulcísima.

Al acto de colocación de esa primera piedra, seguiría la colocación de una cruz de madera en el punto en que se levantaría el nuevo altar. La pertinente procesión y bendición del terreno en que levantaría la catedral se vería condicionada por la primitiva fábrica del templo románico, aún en pie en 1221.

Lugar de colocación de la primera piedra de la Catedral de Burgos

La primera piedra sería de roca caliza extraída de las canteras de Hontoria y Cubillo. Se colocó seguramente junto al ábside de la nave de la Epístola de la catedral románica. Actualmente, junto a ese simbólico lugar se levanta uno de los grandes pilares que soportan en el crucero el cimborrio de la Catedral de Burgos. En concreto, junto al pilar más próximo al coro que nos encontramos a la izquierda según accedemos por la Puerta del Sarmental. Todavía a mediados del siglo XIX persistía en ese lugar una pequeña piedra recordando el punto en que fue colocada la primera de la fábrica de la Catedral. Junto a ella se colocaron otras tres, como indicaban las cuatro estrellas que había en el pavimentos del crucero. Con la instalación en 1864 del actual suelo de mármol, esta piedra conmemorativa quedaría oculta a la vista o fue directamente suprimida.



Con este acto de colocación de la primera piedra, la idea del obispo Mauricio comenzaba a tomar forma.

LA NUEVA CATEDRAL GÓTICA DE BURGOS

Levantar una nueva catedral era un proyecto que trascendía el marco de una vida, de una generación. Suponía comenzar una obra que se podía prolongar durante siglos. De eso ya sería consciente don Mauricio cuando se embarcó en este proyecto.

Podemos considerar la construcción de la Catedral de Burgos como la primera de la Península Ibérica dentro del nuevo estilo gótico. Un estilo cuyo origen encontramos en Francia. En el reino vecino había estudiado el obispo Mauricio. Además por Francia habían pasado en 1219 el propio obispo y Beatriz de Suabia en su viaje hasta Burgos. Sin duda, allí entraría en contacto con ese estilo artístico floreciente.

¿Quiénes construyeron la Catedral de Burgos?

Serían maestros franceses los primeros maestros constructores que trabajaron en Burgos. Basta la comparación entre la Fachada de Santa María de Burgos, sin agujas (añadidas a mediados del siglo XV), con catedrales francesas como Notre Dame de París.



No nos han llegado los nombres de estos primeros maestros. Se han planteado varias opciones poco probables. Entre ellos, Johan de Champagne (citado como canónigo en 1227), el maestro Ricardo (trabajó en el Monasterio de las Huelgas) o el maestro Enrique (primer maestro conocido que trabaja en la Catedral de Burgos hacia 1240).

¿Cuánto tardó en construirse la Catedral de Burgos?

Tras la ceremonia de colocación de la primera piedra el 20 de julio de 1221, las obras avanzaron a gran velocidad. La protección regia, las indulgencias papales y las saneadas cuentas episcopales favorecieron el ritmo acelerado de las obras.

En 1230 ya se celebraba culto en el altar mayor. La consagración definitiva de la Catedral de Burgos tiene lugar en 1260. Apenas 39 años para ver culminado el sueño de don Mauricio. Su fallecimiento en 1238 le impidió llegar a verlo.

Aunque las obras no se detendrían ahí. Hasta bien avanzado el siglo XVIII se han ido añadiendo elementos a la primitiva fábrica gótica. Todo ello hasta completar la única catedral de España declarada en sí misma Patrimonio de la Humanidad.

domingo, 15 de agosto de 2021

Historia de la Devoción a la Virgen de los Reyes.


Poco antes de conquistar Sevilla, el rey Fernando III el Santo estaba rezando en el campamento de Tablada, se adormeció y tuvo una visión de la Virgen con el Niño en brazos que le decía:


– Yo te prometo que conquistarás Sevilla.

Al despertar le contó la visión a su capellán, el obispo Don Remondo. Al poco tiempo se cumplió lo prometido por la Virgen y el rey, en sus continuas oraciones, se acordaba de aquella imagen que vio mientras dormía. Para no olvidarla, pidió a los escultores que la esculpieran, pero ninguno supo reproducirla exactamente.

Hubo un día que tres jóvenes vestidos de peregrino llegaron al Alcázar provenientes de Alemania. Eran escultores en su ruta de perfeccionamiento y, tras recorrer el país germano y Francia, llegaban a estas tierras para mostrar su arte y aprender de las obras que aquí se hacían.

El rey Fernando les ofreció lo que quisieran y ellos contestaron que simplemente querían hacerle un regalo por su gran acogida. Le quisieron regalar la talla de una Virgen para alguna de sus capillas. El rey aceptó y les ofreció cuantos materiales necesitaran, pero ellos dijeron que no necesitaban nada, solamente un salón donde pudieran trabajar sin ser vistos y sin que nadie los molestara.

Cuando los tres jóvenes estaban a su labor, una criada se asomó a ver cómo trabajaban y se asombró al contemplar que ninguno tallaba, sino que se encontraban cantando plegarias en medio de un gran resplandor. Corriendo fue a contárselo al Rey.

San Fernando fue a comprobarlo por sí mismo, pero cuando se acercó vio sobre la mesa que se les había prestado para trabajar, la talla de la Virgen que en sueños había visto día antes. Los jóvenes escultores habían desaparecido, allí no estaban y no había otra puerta por donde pudieran haber salido. Se dio cuenta el Rey en aquel momento que esos tres chicos eran ángeles y que le habían dejado allí la Virgen como regalo divino. Los centinelas confirmaron que nadie había salido del Alcázar y los escultores sevillanos certificaron que era imposible haber tallado aquella imagen en tan poco tiempo.

Así también lo declaró el obispo Don Remondo y, considerándolo un milagro, ordenó que se colocara la imagen en la Capilla del Alcázar con el nombre de Nuestra Señora de los Reyes.

En agradecimiento a Dios, el rey mandó construir sobre la mezquita de Sevilla el mayor templo católico de la Cristiandad. En su testamento dejó escrito que deseaba estar sepultado a los pies de la Virgen de los Reyes, así encontramos que la Virgen pasó a la catedral, instalándola en el altar de la Capilla Real donde San Fernando tiene su túmulo. Allí sería enterrado, tras su muerte el 30 de mayo de 1252. Y allí reposan, desde entonces, sus restos incorruptos, en una urna de plata que está considerada la obra más relevante de la orfebrería barroca sevillana, labrada por Laureano de Pina, que se abre el día de su festividad cada 30 de mayo, para que los sevillanos acudan a rendir pleitesía al Rey Santo que recuperó su ciudad del yugo musulmán y que, además, trajo consigo a su protectora, Patrona de la Archidiócesis, la Virgen de los Reyes.



Se trata de una imagen realizada a tamaño natural (176 centímetros). Su autor es anónimo, estando fechada su ejecución en la primera mitad del siglo XIII . Esta imagen se realizó con madera de alerce, cuyas fracciones y modelado es de estilo gótico y estando atribuida a la escuela francesa, lo que ha llevado a pensar que fue donada por Luis IX de Francia a su primo hermano Fernando III de Castilla.​ Es una escultura totalmente articulada en cuello, brazos, piernas y torso, originalmente la imagen podía levantarse y bendecir al pueblo. Su posición es sedente.​

Su cabeza está enriquecida con cabellos de hilo de oro trenzado, no siendo visibles por la vestimenta.​1 Sobre su lecho sostiene una imagen del Niño Jesús, realizada también en el siglo XIII, de 60 centímetros de altura. La Virgen normalmente porta como aderezos el bastón de mando del Ayuntamiento, la medalla de la ciudad y el fajín de capitán general.

Su fiesta se celebra en la ciudad en el mes de agosto. Aunque el día grande es el día 15, festividad de la Asunción de la Virgen María, los actos religiosos se prolongan desde el 4 hasta el 22 de agosto, comenzando con el primer besamanos, los días 4 y 5.​

Desde el día 6 hasta el 14 tiene lugar el novenario y sus respectivas liturgias, y al día siguiente a las 8 de la mañana tiene lugar la salida en procesión, recorriendo las calles adyacentes a la catedral: plaza de la Virgen de los Reyes, calle Placentines, Alemanes, Constitución, fray Ceferino González, plaza del Triunfo y nuevamente plaza de la Virgen de los Reyes. Este recorrido fue establecido en el año 1958 por el cardenal José María Bueno Monreal, pues hasta entonces se reducía desde la puerta de Palos hasta la de San Miguel. La imagen realiza tres giros sobre sí misma durante la procesión, que se compone de un amplio cortejo formado por las autoridades civiles y militares de la ciudad, junto a los miembros de la asociación y el clero diocesano. Una vez finalizada la procesión, el paso de la Virgen es colocado delante del altar del Jubileo, donde el arzobispo celebra una solemne pontifical, y tras ello, es trasladada a su capilla.​

Es de destacar la cantidad de peregrinos que desde pueblos del Aljarafe recorren durante la madrugada hasta llegar a la Catedral, donde a partir de las 5:30 se celebran misas. Finalmente, el día 15 de agosto comienza la infraoctava de la Asunción, celebrada ante la imagen situada en su paso de palio, que se prolonga hasta el día 22, en que la imagen es colocada de nuevo en su retablo. Antes de volver a su retablo, vuelve a exponerse en Besamanos los días 20 y 21, y el día 22 se abre la urna de San Fernando.

La imagen fue coronada canónicamente el 4 de diciembre de 1904, siendo la primera imagen mariana en tener esta distinción en Andalucía. El acto se llevó a cabo en la catedral de Sevilla por el cardenal Ciriaco María Sancha, arzobispo de Toledo y primado de España, siendo aprobada previamente por la reverenda fábrica de San Pedro. Cabe destacar que curiosamente la patrona de Sevilla es la única imagen mariana en Sevilla que no ha sido coronada por un cardenal o arzobispo de Sevilla y tampoco tuvo madrinas ni padrinos para tal ocasión.

En el año 1939 se le concedieron honores de capitán general.

El 15 de agosto de 1946 se le otorgó el patronato general de la ciudad, siendo

arzobispo de Sevilla el cardenal Pedro Segura y Sáenz. El papa Pío XII la proclamó dicho día por el breve pontificio Quam fervida patrona general y principal de Sevilla y su archidiócesis. El 24 de noviembre de ese mismo año fue llevada en solemne procesión magna al Ayuntamiento de Sevilla para dar a conocer la proclamación de su patronazgo general sobre Sevilla, en dicha procesión la acompañaron la Virgen del Pilar, la Amargura, la Virgen del Valle, Nuestra Señora de Todos los Santos, la Virgen del Amparo y la Virgen de la Esperanza Macarena en sus respectivos pasos.

Por otro lado la Sagrada Congregación de Ritos el 25 de junio de 1947 instituye la festividad litúrgica propia de Nuestra Señora de los Reyes, patrona principal de Sevilla el 7 de agosto con rito doble de primera clase, con octava común.​

En 1958 le es impuesta la Medalla de Oro de la ciudad de Sevilla, siendo la primera imagen que la recibe en la ciudad.

En su visita a la ciudad en el año 1982, el papa Juan Pablo II recorrió la catedral. A un lado del altar mayor fue colocada la Virgen de los Reyes en su paso de salida. El sumo pontífice oró ante la patrona en la catedral.

Sigue en Directo la Función a la Virgen de los Reyes, desde la Catedral de Sevilla.

 Pincha en la imagen para ver la retransmisión e directo. A partir de las 9 de la mañana.





Feliz día de la Asunción y la Virgen de los Reyes.

 Con esta foto del altar montado este año con la Reliquia de San Fernando y la Virgen de los Reyes del imaginero Aryunavisor queremos felicitar a todas aquellas personas que celebran su Santo.

En la puerta de los Palos
la Señora reaparece,
entre perfumes de nardos
y gladiolos florecientes.
Sobre su trono de Reina,

con ternuras sonrientes,
va repartiendo a raudales
la gracia de sus mercedes.
A la salida del templo
las súplicas se entretejen,
y un hombre del pueblo ruega
por el hijo que se muere
con lentitud de silencios
devorado por la fiebre.
Sobre una blanca columna,
con su vestido de nieve,
y su cara repujada
de candores inocentes,
una niña macarena
le pide con voz hiriente
cure a su madre querida
que en el Hospital padece.
En un rincón apretado
-blanco de cal que emblanquece
la calle de Placentines
cuando en la noche se duerme-,
un viejecito cansino,
corcovado, seco y breve,
como junco de ribera
sin fuerzas para moverse,
suplica a la Virgencita
que le perdone, y le lleve
junto a su fiel compañera
que acompañarle no puede
en la mañana más bella
como hiciera tantas veces,
porque se fue a las estrellas
para más de cerca verle.
Al entrar en la avenida,
se abre paso entre la gente
una mocita morena.
En sus dos ojazos verdes
lágrimas de amor y pena
enternecidas se mecen,
y en sus labios temblorosos
-rojos como los claveles
del Parque de María Luisa-,
se hacen suspiros las preces
por el torerillo amado
que en la plaza de Albacete
va a jugarse aquella tarde
su vida como un valiente.
Junto a las almas transidas
hay otras que se enternecen
desgranando los rosarios
de su gratitud ferviente
por milagros recibidos
de quien realizarlos puede.
Luego, en la Plaza del Triunfo,
cuantos seres se conmueven
pensando en largas ausencias
de sus queridos ausentes
que en tierras de lejanías
sueñan con volver a verles
junto al paso de la Virgen
que Sevilla tanto quiere
y que por reinar en ella
como Madre complaciente,
hizo de Sevilla un Cielo
luminoso y esplendente,
con perfumes de azahares,
azucenas y claveles,
donde los ángeles cantan
fandangos y martinetes.
¡ Un Paraíso en la Tierra
con bellos atardeceres
para que mueran rezando
las flores de sus vergeles…
y un trono de sentimiento
para que en Sevilla impere !

*******************

¡ Quince de Agosto en el tiempo
del tiempo que nunca muere !...
¡ La mañana , huele a nardos
y a gladiolos florecientes !

Por la Puerta de los Palos
con su cara sonriente,
bajo su palio de Reina
triunfante a su templo vuelve
paso a paso, paso a paso…
nuestra VIRGEN DE LOS REYES !...

Viva la Virgen de los Reyes

sábado, 14 de agosto de 2021

Sigue en Directo las Vísperas de la Asunción y Festividad de la Virgen de los Reyes.

            

 Pincha en la Imagen para ver la retransmisión en Directo. Comienza a partir de las 20:00 hs.


Puedes también seguirla por aquí en directo






Programación especial este fin de semana con motivo de la Festividad de la Asunción y la Virgen de los Reyes.


 Con motivo de la Festividad de la Asunción, Sevilla celebra la Festividad de Nuestra Señora de los Reyes, Virgen que acompañó en las Batallas a San Fernando y que entró antes que San Fernando en la Ciudad de Sevilla en la Conquista de dicha ciudad.

Así mismo hoy sábado 14 de agosto, conectaremos con las cámaras de la Catedral de Sevilla para escuchar las Vísperas de la Virgen de los Reyes.

Mañana desde las 9 de la mañana, conectaremos de nuevo con la Catedral de Sevilla, para retransmitir la Celebración de la Eucaristía con motivo de la Solemnidad de la Asunción y de la Virgen de los Reyes.

viernes, 13 de agosto de 2021

Innauguración y Bienvenida al Blog de la Hermandad de San Fernando Cuenca

 Estimados hermanos/as:

En nombre de la Junta de Gobierno que presido, os damos la bienvenida a esta página web desde la cual iremos informando a todos de nuestras últimas noticias, eventos, misas, etc.

Se trata de un blog renovado, actualizado y sobre todo al servicio de todos nuestros hermanos, creado desde la humildad y el amor que le tenemos a nuestra Hermandad, con el fin de mostrársela a cualquier persona que profese devoción a San Fernando.

Me gustaría recordaros nuestro lema: #JuntosHacemosHermandad. Es tan simple y complicado a la vez, que necesita contar con la intención de todos vosotros para conseguir hacerse realidad. Unámonos y contemos los unos con los otros, luchemos entre todos por hacer de esta Hermandad una gran familia, esa que San Fernando desea, esa que no solo le reza y le cuida una sola semana al año.


Hagamos juntos hermandad por Él, hagamos juntos Hermandad por nosotros mismos, transmitamos el gozo que sentimos como cristianos por formar parte de esta comunidad, porque así atraeremos a los más jóvenes, a nuestros vecinos, amigos… Y creedme que será un auténtico placer abrirles la Iglesia. Porque seremos muchos en este mundo, pero aquí todos tenemos cabida. Hagamos juntos Hermandad porque todos comemos del mismo pan, y bebemos del mismo vino. Hagamos juntos Hermandad hermanos, hagámosla ahora, hagámosla desde ya. Cuento con vosotros para ello.


Paz y bien. Y que viva por siempre San Fernando.


Daniel de la Morena Gómez.
Presidente de la Hermandad Sacramental de San Fernando, Cuenca.