En 1699 se había sustituído el pequeño oratorio existente en el edificio por uno
nuevo que se debió a las trazas de José de Arroyo. En mayo de 1703 la capilla fue abierta al culto y en ella, encajado en el testero, estaba el gran cuadro de Giordano de seis metros y medio de alto por más de cuatro de ancho. Palomino nos sirve nuevamente como fuente de información sobre la realización de la obra por parte de Giordano:
nuevo que se debió a las trazas de José de Arroyo. En mayo de 1703 la capilla fue abierta al culto y en ella, encajado en el testero, estaba el gran cuadro de Giordano de seis metros y medio de alto por más de cuatro de ancho. Palomino nos sirve nuevamente como fuente de información sobre la realización de la obra por parte de Giordano:
“Ejecutó Jordán en este tiempo de orden del Rey, el célebre cuadro del santo Rey Don Fernando en la toma de Sevilla, que está colocado en la iglesia del Hospicio de esta Corte; cosa de excelentísimo gusto”.
Posiblemente sea Palomino el último “cronista” español que alabará el lienzo de Luca Giordano, ya que tanto Ponz como Ceán hacen referencia al cuadro pero sin mayor detalle. La última fuente que nos habla de la presencia del lienzo en la capilla será Pascual Madoz, quien por otra parte si alabará la obra:
“el único objeto artístico que existe en este edificio, digno de ser mencionado, es el cuadro de Lucas Jordán colocado en la capilla, en el cual se espresa á San Fernando, adorando a Nuestra Señora”.
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