Cabra fue reconquistada por tropas del Rey Santo hacia el año 1240 y supuso, además, la recuperación de la devoción mariana por el acto de dedicación de la parroquia mayor a Santa María de los Ángeles, fecha en la supuestamente se conquistó la ciudad y aludiendo a la fiesta que celebra el 15 de agosto, día de la Virgen de la Asunción.
La devoción que Fernando III tenía por Santa María era evidente, como señala Nieto Cumplido[2], a su advocación dedicó el 46% de las iglesias parroquiales erigidas durante el período de restauración del obispado cordobés. Las romerías a los santuarios se convirtieron desde entonces en una práctica frecuente, empezando a tomar especial relieve los marianos como el de Ntra. Sra. de la Sierra en Cabra, documentado desde 1396, y donde según Vega y Murillo:
“(...) se dice misa cada día y se administran los sacramentos de la penitencia y sagrada eucaristía a los deudos que, con mayor limpieza y pureza de sus conciencias, quieren gozar de la sagrada preferencia, de Mª Santísima.
(…) La fiesta principal es el día de su Natividad gloriosa a los 8 de septiembre: Este dia acude de todas partes gran número de gentes en lucidísimo concurso, así de ntra. Andalucía como de las más extranjeras y apartadas provincias” [3].
En la descripción que hace Nicolás Albornoz en su “Historia de la ciudad de Cabra”, del Santuario de la Virgen de la Sierra, se dice:
“(...) En el centro de la iglesia é incrustados en las paredes, hay altares con las imágenes de Santa Ana, Santo Domingo de Guzmán, San Francisco de Paula, Santa Bárbara, San Rodrigo y San Juan de Dios; y junto á la puerta lateral de la iglesia que da al patio de la hospedería, está la de San Fernando, como patrono y fundador del Santuario” [4].
La imagen del San Fernando de la Sierra es obra de talla completa, que originalmente estuvo plateada, dorada y policromada. Estatua de limitada calidad que sorprende por su tamaño (algo mayor que del natural) y por la rigidez y la gravedad de sus formas. Su antigüedad se remonta al siglo XIX y su autor original fue Rafael Hernández Mohedano, recordado profesor de Dibujo del Instituto “Aguilar y Eslava”.
Según las anotaciones que obran en libros de cuentas del Archivo Parroquial de la Asunción y Ángeles y que nos facilitaba en su día la investigadora Lourdes Pérez Moral: el 30 de noviembre de 1884, Rafael Hernández recibiría de Joaquín Zejalbo, la cantidad de 200 reales por la cuenta del San Fernando hecho para la cofradía de la Virgen de la Sierra.
En las páginas del EL EGABRENSE, número 15 del 10 de septiembre de 1882, se publicó en una breve crónica titulada “Miscelánea”, que don Rafael Hernández talló esta imagen del Santo Rey por encargo de la Cofradía de la Virgen de la Sierra: “inspirándose en la magnífica imagen que del mismo existe en la catedral de Sevilla”
La imagen de San Fernando del santuario de la Virgen de la Sierra es representación del santo guerrero, con armadura y con los atributos del poder y la justicia (la espada en la mano derecha y la bola del mundo en la izquierda), de acusada frontalidad, adelanta ligeramente la pierna derecha y alza su mirada; gola en el cuello, su cabeza de melena corta presnta un rostro barbado. Y es que esta iconografía creada por Pedro Roldán, pronto se convertiría en prototipo; posiblemente por la popularidad alcanzada, al realizarse con motivo de la canonización del santo Rey el 7 de febrero 1671.
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