La infancia de Fernando transcurrió recorriendo las cortes de León a Castilla y de Castilla a León, sin sentirse de lleno en ninguna de ellas. Cuando muere Enrique I y desde las almenas de las torres los pregoneros anuncias: Castilla por Don Fernando, acaba de cumplir los 18 años. Dos más tarde, el 3 de noviembre de 1219 contrae matrimonio con Doña Beatriz de Suabia, a la que el arzobispo Don Rodrigo califica de noble, hermosa, prudente y dulcísima princesa. La ceremonia se celebra en la Catedral de Burgos, que ya lucía todo el esplendor de la belleza de su gótico, en ella se reúne toda la nobleza de castilla y el pueblo, para dar más realce a la solemnidad.
Cuando Fernando III es nombrado rey, su mayor desconsuelo es saber que su padre, Alfonso IX, impulsado por las envidias y ambiciones de sus cortesanos, le discute el trono de Castilla. Su amor filial le hace escribir una bellísima carta, llena de humanidad y cariño, en la que se niega a combatir contra su padre.
Sosegada esta situación, decide Don Fernando reanudar la campaña contra los
moros iniciada por su abuelo. Atraviesa con su ejército las montañas de Sierra Morena, se apodera de puntos clave y castillos, ocupa ciudades importantes como Andújar, Martos, Alcaudete y Priego de Córdoba, y consigue, tras algunos años de luchas, la rendición de Baeza, capital de uno de los más importantes emiratos árabes. Como un bello cantar, corre por las tierras ocupadas por los musulmanes el heroísmo del rey cristiano y la ternura con la que trata a los vencidos. Les presenta sus respetos al propio rey de Granada y se les rinde el de Jaén, dando libertad a todos los cautivos de nuestra religión, acepta gustoso Don Fernando esta pleitesía que le abre el tránsito a zonas tan importantes como el levante y el Sur. Con razón Jaén ha sido, como puede apreciarse a través de la historia de España, cruce de importantes caminos y ruta de conquistadores.
moros iniciada por su abuelo. Atraviesa con su ejército las montañas de Sierra Morena, se apodera de puntos clave y castillos, ocupa ciudades importantes como Andújar, Martos, Alcaudete y Priego de Córdoba, y consigue, tras algunos años de luchas, la rendición de Baeza, capital de uno de los más importantes emiratos árabes. Como un bello cantar, corre por las tierras ocupadas por los musulmanes el heroísmo del rey cristiano y la ternura con la que trata a los vencidos. Les presenta sus respetos al propio rey de Granada y se les rinde el de Jaén, dando libertad a todos los cautivos de nuestra religión, acepta gustoso Don Fernando esta pleitesía que le abre el tránsito a zonas tan importantes como el levante y el Sur. Con razón Jaén ha sido, como puede apreciarse a través de la historia de España, cruce de importantes caminos y ruta de conquistadores.
El monarca cristiano, alentado con estos triunfos, decide realizar todos los años, cuando llega el buen tiempo, una incursión por Andalucía y descansar los inviernos en Toledo.
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