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jueves, 2 de diciembre de 2021

La Iconografía de la Virgen de los Reyes.

 La imagen de Nuestra Señora de los Reyes ha sido estudiada por el erudito José Gestoso Pérez, considerándola como un interesante ejemplo de escultura románica del Siglo XIII. De madera de alerce y algo mayor que el natural, mide 1,76 metros. Así mismo José Hernández Díaz, lograría examinarla para realizar un detallado estudio previo a la proclamación del Patronato.


El rostro, mide 21 cm, carece en absoluto de modelado, a modo de la escultura románica, la nariz es de poco relieve y pequeña, los labios ligeramente marcados, con candorosa sonrisa y los ojos pintados. El cabello que no fue tallado en la madera, lo forman finos cordoncillos prendidos en el cráneo por delgadísimas puntas, formados por trenzados de seda recubiertos de oro, cuyas láminas áureas son mínimas, quedando solo del mismo la seda del interior.

La encarnación desprendida por algunos lugares, presenta los síntomas de restauraciones aplicadas a la escultura. Las manos son largas y elegantes, 21 cm, muy simples de modelado y en la forma medieval de peine.

El catedrático de arte Don José Hernández Díaz, en 1946 pudo desvelar el interior del icono. La madera que conforma la escultura parece ser ciprés o alerce, cubierta en ciertas partes con una piel finísima; ejecutada a modo de maniquí, con los brazos articulados, también de movimiento en la cabeza.

Los pies aparecen calzados, midiendo 25 cm de largo, a modo de mocasines puntiagudos, de piel blanca, adaptada a su anatomía; en el frente aparece una gran flor de lis flanqueada por un trío de estrellas de 8 puntas y en los laterales del mocasín la leyenda Amor. En el talón una cruz, cuatro palmas y otras dos estrellas.

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