En este período histórico español, que se conoce por la
historografía tradicional como la Reconquista, se hizo una imagen devocional.
Hubo un rey francés que mandó realizar en el SXIII una imagen mariana. Este rey
de Francia no es otro que Luis IX de Francia, conocido como San Luís. Y es que
Luis IX acabaría siendo canonizado, al igual que su primo Fernando III de
Castilla y León, a quien iba destinado dicho regalo.
Aunque es curioso que a Luis lo canonizaran a los pocos años
de morir, mientras que a Fernando III de Castilla y León no lo canonizarían
gasta varios siglos después.
Así, la Virgen de la Batallas de la Catedral de Sevilla
perteneció a San Fernando. Cuenta la leyenda que esta virgen de marfil le
protegía en las batallas que libró contra los musulmanes. Incluso que, gracias
a la intercesión de ella, el monarca logró vencer en numerosos lances y
enfrentamientos, saliendo siempre indemne.
Conquistó diversas ciudades, pero sin duda su conquista más
famosa y relevante fue la que consiguió en el año 1248. En este año, San
Fernando conseguiría recuperar para los cristianos la ciudad de Sevilla. Y es
precisamente en esta ciudad donde descansan sus restos mortales.
La imagen de la Virgen de las Batallas pasaría luego a manos
su hijo Alfonso X El Sabio y éste la donaría a la Catedral Hispalense. Desde
entonces ha permanecido en dicho templo, y actualmente se expone en la Sacristía
Mayor.
La profesora de Arte del Centro de Aires Creativos en Sevilla, doña Nerea Pérez López hizo una explicación excepcional de esta talla de esta Virgen, poco conocida en Sevilla. Es una bellísima talla de la Virgen Maria que recomiendo conozcan en la Sacristía Mayor de la Catedral de Sevilla, junto a la estatua de San Fernando e interesantisima conocer su historia
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